Entendemos por elección el acto por el cual Dios,
desde antes de la creación del Universo, en Su eternidad, escogió para sí un
pueblo o una persona.
La elección incondicional presentada por Calvino
afirma que, solamente un número de individuos serán salvos, estos son los
escogidos por Dios en su libre y soberana voluntad. Esta elección antecede la
redención, pues Dios ya había determinado quien habría de ser salvo antes de
enviar a su Hijo para salvarlos, según se puede leer en Efesios 1:4-5, «Dios nos escogió en él antes de la creación
del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos
predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según
el buen propósito de su voluntad».
La secuencia de los decretos divinos, según los
calvinistas supralapsarianos es:
- Dios destinó a algunos para salvación, y el restante para condenación.
- Creó al hombre.
- Él prepara la caída del hombre.
- Él provee la salvación para los electos del primer decreto.
- Aplica de manera eficaz la salvación de los escogidos, y la condenación de los no escogidos.
Según lo mencionado anteriormente, los calvinistas
defienden la limitación de la obra de
redención. De tal forma que, Cristo no se entregó por todos los hombres,
sino, solo por algunos (escogidos).
Ya en este punto hay discordancia según mi parecer,
pues si se observa el primer decreto, podremos decir que el mismo condena no
solo a «inocentes», sino también a seres que aún no existen, y por tanto, no
tienen ni tendrán oportunidad de ejercer su libre albedrío.
Es innegable que Dios haya escogido desde antes de la
creación del mundo a algunos para salvación, pero fueron escogidos para salvación
por causa de la presciencia de Dios, y
esta posición no tiene nada que ver con el «universalismo», que es infundado y
anti-bíblico. Pues como vimos en el punto anterior, el Pacto que Dios hizo con
Adán contemplaba a toda la humanidad, y de igual forma en que toda la humanidad
fue condenada por causa de la desobediencia, toda la humanidad por medio de
Cristo puede alcanzar la salvación, pues como está escrito «Por tanto, así como una sola transgresión
causó la condenación de todos, también un solo acto de justicia produjo la
justificación que da vida a todos» (Romanos 5:18).
Por otro lado, la elección no es incondicional, pues
está condicionada a la aceptación de los escogidos. Charles Hodge escribió
sobre el sistema de Agustino: «Al ser la
justicia de Cristo de infinito valor y mérito, y siendo en su naturaleza
precisamente lo que necesitan todos los hombres, les puede ser ofrecida a
todos. Así, se ofrece a los escogidos y a los que no son escogidos; y se ofrece
a las dos clases de manera condicional. Esta condición es una aceptación de la
misma, de corazón como la única base para justificación. Si cualquiera de los
escogidos deja de aceptarla, perece. Si cualquier uno de los no electos cree,
será salvo (…) Los Agustinianos, dicen lo mismo. Su doctrina provee para esta
oferta universal de salvación tan bien como cualquier otro esquema. Enseña que
Dios, al llevar la salvación a su propio pueblo, hizo lo necesario por la
salvación de todos los hombres, y por tanto esta oferta pude ser hecha, y de
hecho de hace, en el evangelio».
En el primer decreto, los calvinistas también
defienden la «reprobación negativa directa», explicando de manera simple; Al
mismo tiempo que Dios escogió desde antes de la fundación del mundo solamente
algunos para salvación, él también escogió desde antes de la fundación del
mundo quien sería condenado eternamente. Y esto no por obras o elecciones
humanas, pues como vimos anteriormente es por la libre y soberana voluntad de
Dios.
Calvino escribió en sus «instrucciones de la religión cristiana», «es terrible, pero existente el decreto por
el cual Dios previó que la caída de Adán traería a la ruina eterna, sin
remedio, a tantas naciones y personas con sus niños; y lo previó porque lo
había ordenado».
Aquí podríamos decir que de igual forma que el hombre
por propio merito o por sus obras no puede alcanzar la salvación, Dios por
causa de sus atributos no «puede» condenar al hombre sin que este no haya
pecado o rebelado en contra de él. Pues como vimos anteriormente, la Soberanía
de Dios no puede tener mayor importancia que la omnipotencia de Dios. Pues en
su omnipotencia Dios decretó que todo aquel que crea será salvo, ya que sólo él
puede dar vida a lo que estaba muerto. ¿Puede Dios entonces dar vida a los
hombre apenas para que después sean muertos y condenados por su soberana
voluntad? Según los calvinistas, la respuesta es afirmativa
Además de lo que ya fue mencionado puedo añadir que la
voluntad no es sólo un atributo esencial de nuestro ser espiritual, sino
también una condición necesaria de nuestra personalidad. Sin el poder de
autodeterminación racional seriamos una mera fuerza, como la electricidad o como
el magnetismo. Pero en ese caso, significaría denegrir a Dios por debajo de
nuestro estado de ser.
Pero delante de lo que vimos hasta ahora es correcto
decir que la Elección es por gracia de Dios, y en eso no hay discordancia, sin
embargo la condenación es exclusivamente por la responsabilidad del hombre. Y
siendo así, ésta condenación no es una «reprobación negativa directa», sino que
una «reprobación negativa indirecta».
Reafirmo aquí lo mencionado anteriormente en relación
a la salvación, y es que la misma es pura gracia del amor misericordioso de
Dios «Porque
por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de
ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se
jacte» (Efesios 2:8-9). En tanto que la reprobación no se debe, según la
Biblia a ningún tipo de designio de Dios como afirman los calvinistas, sino
debido a la incredulidad del ser humano que obstinadamente resiste la gracia.
Analicemos a continuación algunos pasajes que
confirman la reprobación negativa indirecta.
1. Mateo
25:31-46. En este pasaje podemos notar el contraste que hay entre el v.34 y el
v.41. El Rey les dice a los que están a su derecha, (v34) «Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia,
el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.».
Estos irán a vida eterna (v.46), el
reino y la vida eterna fue designada por Dios para los escogidos. Luego
hablando a los que están a su izquierda (v.41) «Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo
y sus ángeles» ¿para quién?, «para el
diablo y sus ángeles» no es para ustedes
como en el v.34.
2. Romanos
2:4,5. Nuevamente hay un contraste. « ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios,
de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere
llevarte al arrepentimiento? Pero por
tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti
mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio» aquí
vemos por tanto que el designio de Dios es siempre para el bien. Es culpa del
corazón obstinado que en vez de alcanzar «las
riquezas de la bondad de Dios», «acumule
para sí mismo la ira de Dios».
3. Romanos
9:22,23. Este versículo puede ser el más expresivo, pues en él se encuentran
las palabras preparó y preparados, en un contexto en el
cual Pablo alude a un probable contradictor, que se atreve a cuestionar a Dios,
siendo una miserable olla de barro en las manos soberanas del alfarero. Note bien el contraste, « ¿Y qué si Dios, queriendo (gr. thélom) mostrar su ira y dar a conocer
su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigo y
estaban destinados [preparados] a la destrucción? » ¿por quién? ¿por
Dios? No es esto lo que Pablo dice. Ellos mismos se han preparado para su
propia destrucción. Pablo continúa (v.23): « ¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que
eran objeto de su misericordia, y a quienes [él] de antemano preparó para esa
gloria?» ¿quién los preparó? ¿Ellos a sí mismos? ¡No! Aquí el «él» (verbo)
como está en la versión RV 1960, está en la tercera persona del singular, por
lo que no hay dudas que el sujeto del verbo «de antemano preparó» no puede ser otro que el mismo Dios.
Ahora para defender la elección incondicional y
consecuentemente la reprobación negativa directa, los calvinistas dicen
encontrar sólidos argumentos en el capítulo 9 de Romanos.
Citando a Malaquías 1:2,3 «Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú» (Romanos 9:13). Como se hace
referencia a una fecha anterior al nacimiento de Esaú y Jacob. El odio de Dios hacia Esaú parece
predeterminado por Su designio En este texto «aborrecer» no es equivalente a «odiar» como contraste al amor por Jacob,
sino a «amar secundariamente». Y también en el v.12 «El mayor servirá al menor». Pablo no está hablando sobre la
condenación eterna de individuos, sino de preferencias que Dios tiene sobre una
familia, tribu, grupo racial, etc., aun perteneciendo al mismo linaje. No hay
lugar en la Biblia donde se diga que Esaú efectivamente sirvió a Jacob, en
tanto que Dios siempre perdona a Israel
(Jacob), y su ira es contra Edom (Esaú). (Malaquías 1:2-5).
Romanos 9:16. «Por
lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la
misericordia de Dios». Nuevamente parece que la salvación y la condenación
dependen únicamente del designio soberano de Dios. Pero la verdad es que Pablo
no está hablando sobre salvación o condenación eterna, sino que sus
misericordias y preferencias no dependen del deseo o esfuerzo humano, porque,
no habrá un deseo sincero por Dios, ni esfuerzo humano por hallarle, sin la
previa gracia de Dios.
Romanos 9:18 «Así
que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él
quiere endurecer» Los calvinistas
supralapsarianos, y sublapsaianos continúan argumentando en base a este versículo,
al final de cuentas fue aquí donde Calvino comenzó su teoría de reprobación
negativa directa. Para explicar de manera adecuada este versículo es necesario
que primero veamos lo que está escrito en Éxodo 7:3 «Yo voy a endurecer el corazón del faraón…». Para comenzar la
afirmación del versículo 3 corresponde a un futuro profético, que consiste en
el justo juicio de Dios ante la obstinación persistente del Faraón. Efectivamente
después de esta revelación de Dios a Moisés, podemos leer en Éxodo 9:12, «“Pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón...” y sigue luego en
el 9:35 “el faraón endureció su corazón”».
Luego tenemos una narrativa histórica de lo acontecido en el 9:2, repitiendo
otras seis veces que el Señor endureció el corazón del Faraón (10:20; 10:27; 11:10;
14:4; 14:8; y 14:17). Volviendo al versículo 17 de Romanos 9, donde Pablo cita
Éxodo 9:17 que dice: «Te he levantado
precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado
por toda la tierra» El verbo que
Pablo usa para «te he levantado» (gr.
exégeira)
tiene el sentido de «colocar en escena para desempeñar un papel importante»,
diferente de cómo fue traducido en la LXX, NVI y RV 1960. Para guiar
correctamente el sentido del verbo hebreo que, estando en la forma llamada «Hilif» (causa activa), tiene el
significado de «hacer que se mantengan en pie», de manera que la traducción más
correcta sería: «Te he mantenido en pie» Siendo así, la Biblia no dice que Dios, hizo nacer a Faraón para ejecutar sus
designios en contra del mismo. Sino que puso a Faraón en el trono de Egipto
para que mediante su actuación obstinada, ya prevista por Dios se hiciera
famoso el nombre de Yahveh, al sacar con mano fuerte a los israelitas de la
esclavitud de Egipto.
Romanos 9:20-21; «
¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? “Acaso le dirá la olla de barro al
que la modeló: ‘¿Por qué me hiciste así?’ ” ¿No tiene derecho el
alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras
para fines ordinarios?». Pablo
usa como ejemplo el caso del Alfarero, que fue también utilizado por el profeta
Jeremías. En 2 Timoteo 2:20, también podemos leer sobre este episodio, que es
mencionado por el Apóstol Pablo, lo cual nos demuestra que él mismo lo conocía
muy bien. Y es en base a este texto que muchos calvinistas argumentan a favor
de su posición. Diciendo básicamente que, así como el Alfarero hace objetos
para fines diversos con el mismo barro, así Dios es soberanamente libre en su
modo de actuar con la humanidad. La respuesta a este argumento ya fue dada en
el Punto 3
Hebreos 12:17. «Después,
como ya saben, cuando quiso heredar esa bendición, fue rechazado: No se le dio
lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición» Diferente
a lo que generalmente se entiende o se conoce de este versículo, aquí no está
hablando sobre el arrepentimiento de Esaú, a quien sólo le interesaban los
beneficios materiales de la bendición de la primogenitura. Si Esaú hubiese
buscado a Dios con arrepentimiento sincero, Dios no lo rechazaría de acuerdo
con 2 Pedro 3:9. ¡Quien no podía
arrepentirse, o, volver atrás en la bendición que había dado a Jacob, era Isaac!
1 Pedro 2:8b. Hablando a aquellos que insisten en su incredulidad (v7). Pedro dice en la segunda mitad de este versículo: «Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados» Los calvinistas ven en éste versículo un argumento a su teoría de la reprobación negativa directa. Pues aquí dice que los incrédulos estaban destinados positivamente a persistir en su desobediencia. Pero no es esto lo que realmente dice el texto. La frase no quiere decir que estaban destinados a seguir en su desobediencia, sino que estaban destinados a tropezar, y esto, a causa de su desobediencia.
Con lo mencionado anteriormente en este punto,
mantengo mi discordancia con las enseñanzas de Calvino, pues como vimos en la
Biblia, Dios no eligió desde antes de la fundación del mundo quien debería ser
condenado al fuego eterno, ni la elección es incondicional, pues la misma está
condicionada a aquellos que creen.