A continuación, una breve descripción de los cinco
puntos del calvinismo extraídos del libro «Teología Evangélica I y II» del
autor Paulo Hoff.
·
La
depravación total del hombre.
Esto no significa que el hombre sea incapaz de hacer
algo bueno y noble, sino que todo aspecto de su ser está afectado por el
pecado. En Efesios 2:1 dice: «En otro
tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados» y en
Colosenses 2:13 «…ustedes estaban muertos
en sus pecados…». Puesto que [el hombre] está muerto espiritualmente, no
puede convertirse por sí mismo o aun prepararse para la conversión, en Juan 6:44
dice: «Nadie puede venir a mí si no lo
atrae el Padre que me envió…» y en 1 Corintios. 2:14 «El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede
del Espíritu de Dios…». Por tanto la obra salvífica es de Dios desde
la "a" hasta la "z". La elección no se fundamenta en la fe
o el arrepentimiento previstos, sino en la gracia soberana de manera que la fe
y el arrepentimiento son el resultado y evidencias del alma regenerada.
·
Elección
incondicional.
Desde antes de la fundación del mundo Dios predestinó
a algunos para salvación, sin que haya cualquier tipo de mérito humano. Juan
15:16, «No me escogieron ustedes a mí,
sino que yo los escogí a ustedes…» Efesios 1:5, «…En amor nos predestinó…». La
elección de Dios está basada en la soberanía de Dios. Dios controla y hace
todas las cosas.
·
Expiación
limitada.
Cristo murió solo por los escogidos y no por toda la
humanidad. Cristo murió para poder cumplir el decreto de la elección. El
objetivo de la expiación fue específico: relacionarse con un número predefinido
de personas, los escogidos y nadie más.
·
Gracia
irresistible.
Los que son escogidos, también serán salvos. Todos
aquellos a quienes Dios predestinó para la Vida, y solo a ellos, en su debido
tiempo llamará de forma eficaz, por medio de su palabra y su Espíritu. Romanos
8:30 «A los que predestinó, también los
llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también
los glorificó». Otras personas no escogidas, aunque sean llamados por el
ministerio de la palabra, nunca se entregan verdaderamente a Cristo. Mateo
22:14 «Porque muchos son los invitados
(llamados), pero pocos los escogidos».
·
Perseverancia
de los santos.
Dios les da a los creyentes el don de la
perseverancia, de manera que aun cuando pequen, también se arrepientan. Ningún
escogido se perderá. Pues «una vez salvo,
siempre salvo». Aun cuando la seguridad de la salvación de los escogidos sea
debilitada, o interrumpida por diversas causas, como la negligencia, o por caer
en pecado, jamás serán destituidos de Dios. El creyente no puede caer completamente
de la Gracia. Juan 10:28 «Yo les doy vida
eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano»